No cabe duda que la gran mayoría de los docentes que estamos participando en esta especialidad hemos aprendido en el camino, con el tradicional método del ensayo error, no sin haber librado un sin fin de dificultades para lograrlo.
Con el paso de los años, como comenta el maestro Esteve, yo también dejé de ser esclavo de la educación y obtuve mi libertad académica. Es decir abandoné todas las pautas que me mantenían atado a viejos prejuicios; perdí el miedo a enfrentar personas encolerizadas, aprendí a decir no, aprendí a utilizar mi libertad de cátedra, pero siempre con un sentido crítico y positivo. Hoy por hoy me complace decir que soy un docente feliz, que está consciente de sus debilidades y que está dispuesto a mejorar.
El haber analizado esta pequeña lectura del maestro Esteve me ha permitido confirmar lo que siempre he pensado acerca de como debe ser una educación de calidad:
• Jamás proporcionar una información, sino se ha planteado una inquietud.
• El docente deber sembrar la curiosidad en sus alumnos, para obligarlos a pensar.
• Los alumnos deben hacerse partícipes de la adquisición de su propio conocimiento, para que la experiencia educativa tenga un verdadero un valor agregado.
Ya lo dijo el maestro Esteve, el ser maestro de humanidad consiste precisamente en tener la capacidad de sintetizar información para nuestros alumnos a un nivel más simple, estar al servicio de los alumnos para facilitarles la adquisición del conocimiento mediante clases mejor preparadas y más amenas.
Nosotros los docentes somos pieza fundamental en el proceso de comunicación y debemos utilizar todas las técnicas de comunicación grupal como: body language, movimientos faciales y gestuales, manejo adecuado del tono de voz, en pocas palabras debemos ser actores en escena. La clase es precisamente una puesta en escena, donde los principales actores son los alumnos, el libreto son los contenidos de las asignaturas y por supuesto el docente será el director de escena, cuya única función será la de marcar las pautas disciplinarias, delegar responsabilidades e implementar nuevos sistemas de trabajo y evaluación.
Efectivamente ahora que terminé de leer esta ponencia del maestro Esteve, creo que me conmovió profundamente el darme cuenta de cual es la verdadera vocación de un docente. Siempre he sentido un gran placer por comunicarme con mis alumnos y no se imaginan el gusto que me proporciona cuando logran algún objetivo. Habrá gente que piense que ser profesor no es una profesión socialmente relevante, pero yo me atrevo a confirmar precisamente lo contrario, ya que estamos trabajando con seres humanos y no podemos darnos el lujo de irlos tirando por la borda. Creo que en esto estriba precisamente la relevancia social de la docencia.
Con el paso de los años, como comenta el maestro Esteve, yo también dejé de ser esclavo de la educación y obtuve mi libertad académica. Es decir abandoné todas las pautas que me mantenían atado a viejos prejuicios; perdí el miedo a enfrentar personas encolerizadas, aprendí a decir no, aprendí a utilizar mi libertad de cátedra, pero siempre con un sentido crítico y positivo. Hoy por hoy me complace decir que soy un docente feliz, que está consciente de sus debilidades y que está dispuesto a mejorar.
El haber analizado esta pequeña lectura del maestro Esteve me ha permitido confirmar lo que siempre he pensado acerca de como debe ser una educación de calidad:
• Jamás proporcionar una información, sino se ha planteado una inquietud.
• El docente deber sembrar la curiosidad en sus alumnos, para obligarlos a pensar.
• Los alumnos deben hacerse partícipes de la adquisición de su propio conocimiento, para que la experiencia educativa tenga un verdadero un valor agregado.
Ya lo dijo el maestro Esteve, el ser maestro de humanidad consiste precisamente en tener la capacidad de sintetizar información para nuestros alumnos a un nivel más simple, estar al servicio de los alumnos para facilitarles la adquisición del conocimiento mediante clases mejor preparadas y más amenas.
Nosotros los docentes somos pieza fundamental en el proceso de comunicación y debemos utilizar todas las técnicas de comunicación grupal como: body language, movimientos faciales y gestuales, manejo adecuado del tono de voz, en pocas palabras debemos ser actores en escena. La clase es precisamente una puesta en escena, donde los principales actores son los alumnos, el libreto son los contenidos de las asignaturas y por supuesto el docente será el director de escena, cuya única función será la de marcar las pautas disciplinarias, delegar responsabilidades e implementar nuevos sistemas de trabajo y evaluación.
Efectivamente ahora que terminé de leer esta ponencia del maestro Esteve, creo que me conmovió profundamente el darme cuenta de cual es la verdadera vocación de un docente. Siempre he sentido un gran placer por comunicarme con mis alumnos y no se imaginan el gusto que me proporciona cuando logran algún objetivo. Habrá gente que piense que ser profesor no es una profesión socialmente relevante, pero yo me atrevo a confirmar precisamente lo contrario, ya que estamos trabajando con seres humanos y no podemos darnos el lujo de irlos tirando por la borda. Creo que en esto estriba precisamente la relevancia social de la docencia.
Saludos Jorge Arbey.